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Mientras el mundo abraza la idea del viaje por motivos médicos y de salud, y miles de pequeñas empresas, proveedores médicos y hasta ciudades enteras, deciden avanzar en la dirección de convertirse en verdaderos destinos del Turismo Médico y el Turismo de Salud y Bienestar, también existe un nutrido grupo de individuos que consideran que, por no ofertar sus servicios al paciente internacional, se encuentran fuera de la industria. Esto es un error.
El Turismo Médico es un tipo de negocio que, por la naturaleza y dimensión de las inversiones que implica, afecta de manera horizontal al mercado, sin dejar por fuera a ninguno de sus participantes. El ecosistema de Turismo Médico latinoamericano ya no es una idea proyectada y que podría ocurrir en el futuro cercano. Desde pequeñas clínicas dentales hasta grandes hospitales, hasta clusters de ciudad, los competidores ya pasaron de sus etapas iniciales de planificación, lanzamiento, fracaso, ensayo y error, y otros pasos inherentes al crecimiento empresarial y del emprendedurismo de nicho de innovación, y se encuentran ahora en una nueva etapa creativa que busca y encuentra oportunidades en países vecinos. Cada uno de nuestros destinos es el blanco comercial del otro, en alguna medida, y la batalla por convertirse en la oferta preferida del mundo globalizado, se libra en la mente de los pacientes, que ya no está restringida por tabúes, prejuicios y las recomendaciones del médico de la esquina.
Es el paciente quien decide cuándo, con quién y sobre todo en dónde se atiende. Por lo tanto, decidir que "no competiremos en el Turismo Médico" es decir que no competiremos por nuestros propios pacientes locales. Determinar que no nos interesan los pacientes extranjeros que podrían necesitarnos, es aceptar que otras empresas tomarán esa casuística y la convertirán en experiencia y economía, que tarde o temprano terminará por atraer a los pacientes locales, de los cuales depende nuestra clínica u hospital.
Para, genuinamente, ser competitivos, debemos lograr un nivel de calidad, experiencia y acceso al mercado que esté en el mismo nivel de globalización de ese mercado. No podemos seguir mirando por la ventana y creyéndonos que los ciudadanos que nos rodean siguen a merced del ecosistema local, restringidos por barreras físicas y culturales, cuando cada uno de ellos carga una ventana a la oferta de nuestros competidores regionales, en el bolsillo. Hay que aceptar, que cuando alguien busca "Clínica" en su equipo móvil, el mundo es el límite, y las ofertas son infinitas.
La realidad de la práctica médica, dental y de la industria hospitalaria de nuestros días, es que sus clientes tienen en sus manos el poder y la información necesaria para decidir un cambio de proveedor. Y mientras que el principal detonante de este tipo de cambio sea el factor "Precio", la Calidad, el nivel de Acreditación, incluso las buenas maneras y el calor humano que estos clientes puedan percibir por parte de un proveedor, siguen siendo poderosos generadores de fidelidad. Más adelante, la casuística será el valor por el cual los pacientes decidirán hacia dónde se movilizan en la búsqueda de salud, y cuando ese momento llegue, los proveedores que no hayan sido parte de la competencia en el mundo de la salud globalizada, se verán orillados a competir por precio; no me puedo imaginar un destino peor que ese para un negocio en el sector salud.
Considere invertir en un acercamiento saludable al Turismo Médico, como área de conocimientos imprescindible para el crecimiento y la subsistencia de su empresa médica. En Panamá, la oportunidad de aprender y ser parte de esta corriente de ideas y experiencias es la Conferencia Panasalud, que se realiza cada dos años con una nutrida participación de empresarios y especialistas de la salud, que se reúnen para unificar ideas y compartir experiencias, en un ambiente de camaradería y colaboración. Para más información visite Panasalud.com.