Fenómenos meteorológicos como las depresiones, tormentas y huracanes producen lluvias abundantes, fuertes vientos, deslizamientos e inundaciones. Es importante, cuando este tipo de meteoros nos afectan, considerar algunas de sus consecuencias que muchas veces no tomamos en cuenta, como lo son las enfermedades emergentes por inundaciones.
Las inundaciones ocasionan graves problemas sanitarios, que no sólo se presentan en el momento de la inundación, sino que se prolongan hasta cuando se producen el descenso de las aguas y el retorno de los afectados a sus hogares.
Las aguas pueden producir la destrucción de materiales y viviendas, la interrupción de los servicios públicos (luz, gas y agua potable), el anegamiento, la contaminación de agua potable, el deterioro de alimentos almacenados, la muerte de ganado y la destrucción de cosechas. Todo esto representa un riesgo para enfermedades a corto y largo plazo.
Los daños o destrucciones de los hogares dejan a la intemperie a sus ocupantes, a veces en condiciones climáticas que distan mucho de ser favorable, o en el mejor de los casos, deben albergarse en centros de emergencia para su alojamiento en masa. Por su lado, los alimentos dañados o encases de alimentos pueden generar cómo mínimo deficiencias nutricionales.
Entre las consecuencias sanitarias y epidemiológicas están la contaminación de las fuentes de origen del agua, la migración de roedores a las viviendas, la formación de pozos de aguas estancadas, que facilitan la reproducción de mosquitos y otros vectores.
Las enfermedades más frecuentes de contraer son tétanos, hepatitis A, cólera, gripe, neumonía, diarreas, leptospirosis, meningitis, pediculosis, escabiosis, dengue, malaria y otras enfermedades causada por climas fríos. Estas enfermedades, además de las posibilidades de electrocución, cortadas, y ahogamiento, representan un aumento de necesidades de atención sanitaria general en diversos centros de salud.
Después del retorno a la calma de la situación climatológica, se debe considerar:
Calidad del agua
Espere a escuchar los avisos públicos en la seguridad del abastecimiento de agua potable. Los pozos de agua que sean privados necesitarán ser probados y desinfectados después de que retrocedan las aguas de la inundación.
El agua potable segura incluye agua en botella, hervida, o tratada. Algunas reglas generales referentes al agua para beber y cocinar son las siguientes:
En relación con los alimentos:
Saneamiento e higiene
Es realmente importante que se practique una higiene básica durante el periodo de emergencia. No olvide lavarse las manos con agua y jabón, cuando:
Las aguas de las inundaciones pueden contener materia fecal de los sistemas de aguas residuales, que se desbordan, así como subproductos agrícolas e industriales. Aunque el contacto de la piel con el agua de la inundación no representa por sí mismo un riesgo para la salud, hay un cierto peligro al comer o beber cualquier alimento o bebida que haya estado en contacto con esta agua.
Si tiene heridas o cortes abiertos que serán expuestos al agua de la inundación, manténgalos tan limpios como le sean posible, lavando las mismas con agua y jabón para controlar la infección. Si la misma presenta enrojecimiento, hinchazón o drenaje, busque atención médica inmediata.
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